viernes, 23 de noviembre de 2018
lunes, 19 de noviembre de 2018
La Consellería de Educació de la Generalitat Valenciana convoca un concurso de acceso a casi trescientas plazas de diversas especialidades del Cuerpo de Catedráticos de Secundaria
El Diarí Oficial de la Generalitat Valenciana de 2 de Mayo de 2018 ha convocado concurso de acceso a plazas de distintas especialidades docentes del Cuerpo de Catedráticos de Secundaria, hasta cerca de tres centenares.
Anuncio publicado en www.ancaba.net, con acceso a la norma de convocatoria:
sábado, 10 de noviembre de 2018
El Ministerio saca a consulta pública el anteproyecto de reforma de la LOMCE, fuente: ANCABA. Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto.www.ancaba.net
Fechas en las que se somete a consulta pública:
Remisión de aportaciones: consulta.seefp@mecd.es
Fecha de inicio: 26/10/2018
Fecha límite para la presentación de aportaciones: 10/11/2018
Remisión de aportaciones: consulta.seefp@mecd.es 
Documento de consulta pública previa
La publicación de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) en el año 2013, contó con un frente de críticas y protestas del conjunto de la comunidad educativa y de la sociedad. Una parte de las previsiones contenidas en ella, y que la articulaban, vio suspendida su aplicación en el año 2016. Se hace, por tanto, imprescindible revisar la arquitectura del sistema educativo para afrontar los siguientes problemas derivados de la ley y que afecta sustancialmente a su aplicación y a la estructura del sistema educativo (criterios de titulación, implantación de las etapas y tránsito entre ellas: acceso a la FP y a la Universidad, etc.):
La organización de la enseñanza a través de itinerarios, (PMAR, FP Básica, adaptaciones curriculares del currículo para los ACNEE, etc.) ha aumentado las desigualdades en la educación y perjudicado la inclusión y la equidad.
Para poder obtener diferentes títulos era necesario aprobar las evaluaciones finales (reválidas), prescritas cuando el alumno ya no tenía posibilidad de mejora, que finalmente quedaron en suspenso.
Se permite la publicación de los resultados de las evaluaciones por centros, lo que puede dar lugar a clasificaciones jerarquizadas.
Una organización compleja del currículo, tanto para los centros (alumnos, padres y madres y profesorado) como para las administraciones, que establece jerarquía en las materias y criterios numéricos para la promoción (computando sólo algunas de ellas).
Se establece un mayor control y uniformidad, al hacer depender el currículo de los estándares de aprendizaje evaluables, sin referirse a las competencias como base de un currículo integrador.
La eliminación de los ciclos en Educación Primaria debilita la relación entre el profesor y su grupo y contribuye a incrementar el número de repetidores.
Se ha reducido el papel de los poderes públicos en su función de garantizar el derecho a la educación a través de la creación plazas públicas.
Menor participación de los distintos sectores de la comunidad educativa y desequilibrio de las competencias de gestión a favor del director y de la administración educativa, en la selección de éste.
La Religión confesional en Bachillerato pasa a formar parte como materia específica en los dos cursos, computándose ahora en la nota media para el acceso a la universidad o becas.
Excesivo reglamentismo en una norma de esta naturaleza, lo que dificulta el ejercicio de las competencias de las Administraciones Educativas y de la autonomía de los centros.
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Necesidad y oportunidad de su aprobación
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Para atender a los problemas cuya solución es claramente inaplazable y considerando el rechazo que el actual texto legal provocó, desde el mismo momento de su aprobación en gran parte de la sociedad, el Gobierno promueve en estos momentos una modificación de la ley en vigor
Dicha modificación habrá de recoger, de un lado, la eliminación de los aspectos más cuestionados. De otro lado, habrán de abordarse aquellos temas en los que se ha puesto de manifiesto una elevada coincidencia entre los problemas detectados por la comunidad educativa (recogidos en las comparecencias y documentos generados durante el fracasado intento de pacto del anterior Gobierno) y los objetivos y líneas estratégicas acordados en los organismos supranacionales e internacionales (UE y OCDE), cuyo seguimiento y evaluación se hace a través de evaluaciones periódicas.
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Objetivos de la norma
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Diseñar un sistema que atienda los diferentes intereses, aptitudes y capacidades del alumnado, garantizando la equidad y la calidad educativa en todos sus niveles y facilitando que ningún estudiante quede excluido, con el fin de lograr un ejercicio efectivo del derecho a la educación.
Regular una estructura del currículo al servicio de una educación inclusiva y acorde con las competencias básicas, valorando, respetando y apoyando la diversidad,
Regular el ejercicio del derecho a una enseñanza de la religión confesional, sin que obligue a una asignatura alternativa ni interfiera en la nota media obtenida en enseñanzas académicas, en el marco de los Acuerdos con la Santa Sede.
Recuperar el carácter formativo, continuo, colegiado e integrador de la evaluación, favoreciendo que sea un instrumento de diagnóstico y mejora para alumnado, centros y administraciones.
Hacer real y efectiva la participación de la comunidad educativa en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos, equilibrando las competencias del director o del titular y del Consejo Escolar.
Vincular la autonomía de los centros al fomento de planes estratégicos y líneas de trabajo para mejorar su calidad, exigiendo una mayor transparencia en la rendición de cuentas.
Mejorar el sistema de admisión con políticas activas, con el fin de que diversos colectivos se vean reflejados en los criterios de baremación y eliminar los elementos discriminatorios derivados de la especialización de centros.
Recuperar plenamente, para los poderes públicos, el mandato constitucional de la programación de la enseñanza, apoyando la coeducación.
Llevar a cabo una regulación de las competencias educativas del Estado y las CCAA respetuosa con el marco constitucional y basada en la cooperación y lealtad institucional.
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Posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias
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Los problemas detectados se derivan de algunas de las previsiones del texto actualmente vigente de la LOE en su versión modificada por la LOMCE (modificada posteriormente por tres textos más), por lo que solo es posible enfrentarse a ellos a través de la aprobación de una ley orgánica que modifique un parte de sus artículos.
La corrección de estos problemas podría llevarse a cabo realizando una nueva ley completa, pero la necesidad de dar seguridad jurídica a los centros y al alumnado y posibilitar una efectiva ordenación educativa con una cierta rapidez obliga a la modificación de la norma actual vigente.
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sábado, 3 de noviembre de 2018
viernes, 5 de octubre de 2018
"Cabildo de Arriba" (Santander), por Rafael Pérez Llano
Están derribando las últimas
ruinas del Cabildo de Arriba. No voy a hacer un lamento por el impacto
inexistente de la caída de lo viejo ni siquiera en su respetable acepción de
antiguo y memorable. No voy a llorar por Sotileza, que nunca existió, porque
prefiero a Casilda, de la cual pocos se acuerdan por su lastre de prisionera de
su clase.
La historia de
Santander es una descripción de derribos y abandonos. Eso no impide que la
propaganda suela referirse a un pasado glorificado por la catástrofe. Quizá el
aprecio al recuerdo del incendio vaya más allá de la conmemoración de un día
trágico para mucha gente y parte de la querencia se deba a que produjo un
espacio en blanco que enseguida se llenó con especulaciones y retranqueos y permitió
clasificar aún más a la población en los barrios de la obra sindical vertical.
No se recuerdan con el mismo énfasis los abundantes motines por la escasez e
insalubridad del agua aunque el PGOU haya sido tumbado (de momento) por
olvidarse de ese suministro en un futuro que se sueña masificado.
El
Cabildo de Arriba fue barrio pesquero, como mucho antes lo fue el Arrabal (que
el grabado de Joris Hoefnagel muestra junto a las redes tendidas en la playa) y
luego también Cabildo de Abajo, en Puerto Chico y San Martín y mestizado con
obreros de astilleros y fábricas de gas, azúcar y betunes. Cuando los
pescadores y descargadoras fueron expulsados de la ciudad (un viejo anhelo de
la burguesía de olfato y oídos hipersensibles a las tripas de sarda y al idioma
pejino), esa parte arcaica de la calle Alta y las calles y callejas que
rodeaban la catedral (entre las que hubo incluso un callejón llamado, como
muchos pasos inferiores, del Infierno) tuvo el privilegio contradictorio de
quedar como extrarradio interior durante décadas mientras el centro se iba
conformando como el preludio del parque temático tópico con que hoy intentan
elevar la ciudad a la excelencia turístico-hostelera-cultural.
Parece que
Santander nunca favoreció la construcción de una hipótesis sobre sí misma. Me
da la sensación (los expertos lo discutirán) de que este territorio y sus
gentes estuvieron siempre en permanente transición hacia sí mismos, lo cual,
por supuesto, no significa nada, pero queda bien para expresar mi desconcierto.
Se ha señalado que
el crecimiento del XVIII llenó la ciudad de inversores inmigrados, muchos de
los cuales no procedían de lugares tan lejanos como para romper los lazos con
sus orígenes ni siquiera tras los cambios generacionales. Pero resulta evidente
que los harineros castellanos, consignatarios vascos, hosteleros franceses,
prospectores británicos o tranviarios belgas aprendieron de los hidalgos y
banqueros autóctonos a autoproclamarse santanderinos de toda la vida con el
mismo desapego irónico, ferviente y felizmente sardineril. A ellos se sumaron
las aristocracias trashumantes en un triunfo vacacional y muy rentable debido
en parte a pestes y guerras ajenas. La Ilustración entró lo justo para moderar
los hábitos con permiso del obispado, pero la revolución industrial no
consiguió un buen ensanche y el puerto comercial y pesquero fue empujado sin
reparos hacia las marismas interiores.
Cuando la
propiedad pasó de vertical a horizontal, el mundo siguió siendo el mismo, pero
los negocios aumentaron y la especulación tomó las formas que hoy son
ortodoxas, benditas e irrefutables, aunque los poderes (que sin embargo lo
eran) no pusieran mucho empeño en imaginar una ciudad separada de la postal de
casinos y baños de ola en playas alejadas, de modo que el núcleo urbano se
estableció como el desván cultural de un banco (al otro lado de la bahía está
el poder verdadero del búnker de datos), su logo, espacio de exhibición en
terrazas y poco más.
La plebe,
mientras, estaba y está a lo suyo: sobrevivir en los huertos y vaquerías
asediados por la urbe, los talleres, las lindes portuarias (donde, como dice el
tango, llegan almas de todos los vientos del mundo), los andamios, la
hostelería y el precariado habitual. Y a veces, pero sólo cuando el desastre se
hace alucinante y cotidiano (TUS), pelea contra el intento municipal de aislar
la periferia humilde y blindar la pudiente.
El cabildo-margen
se fue volviendo una anomalía enclaustrada en un centro que paradójicamente lo
salvaba de la especulación inmediata -cosas del calendario de la ocupación del
suelo-, así que cayó lentamente para acomodarse a otros planes, como el del
litoral de San Martín, ya prefigurado en cemento, la ladera sur del cerro, de
honrosa, pero ya vencida resistencia, y la continuación por el norte y el
nordeste de un impersonal paraíso litoral.
No creo que lo que
desaparece deba ser conservado; ni por una idea de belleza ni por cuestiones
emotivas. Creo que la estética y sus emociones deben ser desacralizadas. No es
la pérdida de lo antiguo lo que más me importa, sino la ausencia de rastros de
evoluciones y revoluciones que puedan definirse en la memoria. Es la decadencia
consentida y aprovechada lo que me molesta, la construcción de una huida hacia
adelante basada en el modelo que repite los ciclos de crisis e ignora la
evidencia de una ciudad cuyos habitantes huyen para dejar huecos que vender
replicando vídeos de promoción turística y burbujas culturales amaneradas.Ya lo dijo
Bernardo de Morlaix: sólo quedan del origen nombres vacíos. Espero que del
Cabildo de Arriba permanezca el nombre. Así, al menos, alguien podrá preguntar
de dónde viene.
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